Una exposición que pone en valor el patrimonio cultural de Cantabria llega a Max Center

Max Center es un espacio mágico. En sus tiendas, se pueden encontrar las últimas tendencias y en sus restaurantes el visitante puede disfrutar de menús deliciosos. Sin olvidarnos de su amplia oferta para pasarlo a lo grande: desde cine o bolera hasta el paraíso de las camas elásticas. ¡Wow! Pero eso no lo es todo, la cultura tiene un espacio muy privilegiado. Nuestra galería, situada en la segunda planta, alberga diferentes exposiciones a lo largo del año, como la de la Asociación Artística Vizcaína. Se trata de un amplio espacio, pero a veces, la cultura hasta rebasa sus dimensiones y se aloja en uno de los pasillos del Centro Comercial. Es el caso de la exposición ‘Cantabria piedra angular’, que acaba de llegar al segundo piso de tu centro comercial favorito y que estará disponible hasta el día 31 de este mes.

8 maquetas en la exposición ‘Cantabria piedra angular’

La muestra está integrada por 8 maquetas a escala y comisariada por el director del Museo Etnográfico de Cantabria, Joaquín Rueda. Una exposición que integra una parte fundamental del patrimonio edificado de esta región a través de un recorrido por varios rincones de esta comunidad característicos por su gran
belleza.

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Así, con la piedra como eje central, la exposición pone en valor la importancia del oficio de cantero en estos monumentos, siendo Cantabria, a lo largo de la historia, cuna de estos trabajadores artesanos a quienes une la tradición de un oficio ancestral. La colección muestra así las obras de numerosas generaciones en Cantabria y sirve de reconocimiento al trabajo de estos canteros y el de sus herederos, que hoy en día siguen labrando la piedra. Entre las reproducciones se incluyen la Colegiata Santa Juliana de Santillana del Mar, la iglesia de Santa María de los Ángeles de San Vicente de la Barquera, la iglesia de Santa María de Piasca, la iglesia de Santa María del Puerto de Santoña, la iglesia de Santa María de Lebeña, la iglesia de Santa María de la Asunción de Laredo, la iglesia catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Santander, la iglesia de San Martín de Elines en Valderredible, la iglesia de Santa María de Castro Urdiales y la Colegiata de Santa Cruz en Castañeda.

La obra del cantero en Cantabria

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El oficio de cantero estuvo muy extendido hasta mediados del siglo pasado con las rocas calizas y areniscas, abundantes en Cantabria, como tradicional materia prima, sin olvidar los cudones procedentes de los ríos. Sin ser la actividad económica principal, el conocimiento de la labra de la piedra permitía ampliar las fuentes de recursos económicos a la vez de facilitar la ejecución de obras dentro del mismo círculo familiar. Y es que los trabajos con la piedra vienen de muy antiguo en Cantabria con los canteros trasmeranos y del Valle de Buelna como buenos ejemplos. Su participación tuvo gran importancia dentro y fuera de la comunidad en obras como las del Monasterio del Escorial, la Catedral de Oviedo o la de Segovia. El carácter itinerante del cantero en busca de nuevas obras, alejadas de los valles montañeses, nos acerca a la necesidad de la búsqueda de sustento en comunidades marcadas por un exceso de fuerza de trabajo, incapaces de absorber a los miembros más jóvenes de manera estable.

La cantería supuso en época medieval la generación de un entramado social y económico propio entorno a su actividad. El proceso de la adquisición del oficio desde aprendiz a maestro cantero nos posiciona frente a un orden social cerrado marcadamente jerárquico, con el portador del conocimiento en la cúspide de la pirámide. La relación maestro aprendiz, que podía llegar a durar hasta 5 años, llegó incluso a estar plasmada documentalmente en algunos casos con las obligaciones y derechos para maestro y aprendiz. Una vinculación que en muchas ocasiones llegaba a ser familiar y de vecindad.

La cantería en Cantabria desarrolló en muchos casos una estructura social propia a partir de lazos familiares y de vecindad entre los labrantes. Este hecho se atestigua por los frecuentes lazos matrimoniales entre grupos familiares de distintos talleres. A todo ello se unía la presencia de las fraguas como complemento necesario a la industria de la piedra. Vinculadas a la fabricación y reparación de los instrumentos de hierro utilizados en los procesos, su presencia también nos habla de una especialización práctica paralela a los trabajos con la piedra.

Después de habernos adentrado en esta apasionante historia, ¿vienes a Max Center a ver con tus propios ojos la obra de los canteros en Cantabria? ¡Te esperamos!

 

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